martes, 24 de abril de 2012

Cómo contar historias con una fotografía

Para poder obtener grandes fotografías hay que aprende a contar historias. A menudo pensamos que un buen fotógrafo es aquel que tiene una magnífica y espectacular cámara de fotos réflex, aquel que tiene una gama de objetivos adecuados para cada situación, o tal vez aquel que ha podido costearse un carísimo curso de fotografía réflex.

Pautas para contar historias a través de una foto

En cuanto empieces a buscar esa “historia” y a plasmarla en tus disparos, tus fotos ya no serán lo
mismo. Ten en cuenta que no son reglas absolutas, aquí no hay blanco o negro. Para contar una historia todo puede valer, hay que experimentar ante todo. Lo dicho, aquí tienes una serie de pequeños trucos que a mí y a muchos fotógrafos nos funcionan:
Utiliza objetos y cosas inanimadas y dales propiedades humanas. (El ejemplo de las 2 botellas de coca-cola). Una simple botella o vaso pueden protagonizar una historia de amor, de felicidad o de soledad. Un arbol solitario o viejo puede contar una gran historia.
Al tratarse de personas reales, los retratos transmiten historias con mucha más facilidad. Al disparar retratos intenta que el personaje refleje alguna emoción claramente identificable: sorpresa, risa, miedo, placer, paz, confusión, etc.
  Los viejos y los niños son siempre un suculento tema para fotografiar. Ambas franjas de edad nos tocan con más facilidad y evocan en nuestra mente historias sin a penas esfuerzo.
  Las escenas espontáneas son las que mejores y más sinceras historias cuentan.
Las fotos en blanco y negro evocan nostalgia, son románticas y se abren camino a nuestro corazón y  mente con suma facilidad.

Unas cuantas historias que inspiran







Por Lara Mª Jiménez

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