- Enciendes la cámara y precipitadamente te lanzas a hacer fotos sin verificar antes los ajustes de ISO, balance de blancos, apertura, calidad JPG/RAW, exposición, etc. Al cabo de unos cuantos disparos irrecuperables te das cuenta de que hacías las fotos con los ajustes equivocados.
- Utilizas una sola tarjeta de memoria de enorme capacidad en vez de utilizar varias de mediana capacidad. Encima, cuando te vas por ahí de viaje no transfieres las fotos al ordenador al cabo de cada día, sino que piensas: “¿Para qué las voy a transferir al ordenador? Ya lo haré cuando esté de vuelta.. Todavía me queda espacio en la tarjeta”. Y así sigues, alegremente, hasta que de repente tu cámara te exhibe ese maldito mensaje: “Imposible acceder a su tarjeta ¿Quiere formatearla ahora?”. Y ahí sientes que se te va a parar el corazón. Sí, acabas de perder las fotos de tus mejores vacaciones.
- No formateas las tarjetas de memoria de vez en cuando.
- De noche disparas con flash siempre. Incluso si tienes al sujeto muy cerca, siempre disparas el flash. Crees que todas las fotos de noche necesitan flash. Como resultado, siempre acabas con fotos excesivamente oscuras.
- Tienes una cámara réflex con modos semimanuales y manuales pero tú te empeñas en usar el modo automático. Ya sabes en qué consiste el modo manual pero te da pereza aprenderlo y dominarlo y piensas “Ya tendré tiempo de mirarlo más adelante”, y así vives, acarreando 1 kilo de peso de cámara a todas partes pero siempre usándola en modo automático como si de una compacta se tratara.
- Cuando fotografias a tus amigos, algunas veces los colocas demasiado lejos en la foto.
- Te has esforzado en comprarte la mejor cámara reflex pero te pierdes la mayoría de los momentos y escenas idóneas por no llevarla encima. De hecho, sólo llevas tu cámara encima cuando te vas de viaje, de vacaciones, o a alguna fiesta de cumpleaños. Te olvidas de que las mejores fotos residen en los pequeños momentos y detalles minúsculos del día a día.
- Tus fotografías a veces carecen de punto central de protagonismo. Son fotos en las que no hay ningún objeto ni sujeto que acapare el protagonismo o en quien los ojos se centren. Son fotos que las ves y piensas que les falta algo.
- Cuando fotografías a la gente con flash la luz del flash suele ser muy fuerte y agresiva, así que sus caras salen demasiado brillantes, como si estuvieran embadurnados de sudor.
- Haces fotos de paisajes naturales al mediodía, en pleno sol, con una luz solar excesivamente fuerte y unas sombras muy pronunciadas. Luego admiras fotos de fotógrafos profesionales hechas por la mañana temprano o al atardecer y te preguntas “¿Por qué demonios a mí nunca me salen tan bonitas?”.
- Tus fotos están llenas de elementos indeseados, pero tú no lo sabes: por ejemplo los cables del tendido eléctrico que surcan el cielo de la ciudad y que siempre te afean la foto.
Por: Lucía Radesca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario